11/06/2021.- El Palacio de Exposiciones y Congresos de Oviedo acogió esta mañana la primera ceremonia de entrega de insignias de plata y oro de la era poscoronavirus. Todo era distinto, empezando por el entorno, que siempre había sido el salón de actos de la propia sede colegial, y terminando por el aforo, reducido en esta ocasión a los/as homenajeados/as, sin familias, y a una parte de la Junta de Gobierno, a los que se añadieron las preceptivas mascarillas y la distancia social.

A las doce del mediodía, el decano, Luis Carlos Albo Aguirre, daba inicio al acto, al que le seguiría el secretario, Pelayo Fernández-Mijares, para leer el acuerdo tomado en Junta sobre la concesión de estas distinciones y, posteriormente, enlazar con la entrega de las insignias propiamente dicha.

Los primeros en recibirlas fueron los/as compañeros/as que cumplieron, en 2020, veinticinco años dedicados a la profesión. 43 abogadas y otros tantos abogados fueron pasando, uno a uno, por la mesa presidencial, para recibir de manos del decano tal distinción. María del Pino Del Río Solano fue la última del "colectivo de plata" en recibirla. Fue ella la encargada de pronunciar después un discurso lleno de emotividad. Recordó que la vocación se le despertó a la temprana edad de doce años, cuando acompañó a su madre al despacho de un abogado para que le tramitara el divorcio y que, desde entonces, se esmeró por cumplir el sueño de su progenitora de "lograr la independencia económica como mujer, para tomar las mejores decisiones desde la libertad".

Por parte del "colectivo de oro", conformado por catorce varones y tres mujeres, Ignacio Álvarez-Buylla se puso delante del atril para recordar, en primer lugar, a la figura de su padre, el reconocido letrado Ignacio Álvarez-Buylla Corujo, con quien dijo haber compartido poco tiempo en la profesión, pues un fatídico accidente de tráfico terminó prematuramente con su vida, pero que le mostró un apasionante camino a seguir. También tuvo palabras de recuerdo y cariño para su amigo, el desaparecido José Luis Regadera, con quien coincidió en la Junta de Gobierno del Colegio, dándose la coincidencia, además, de ser los primeros diputados cuyos padres también habían formado parte del órgano de gobierno colegial.

El decano fue el último en tomar la palabra para recordar que, aunque "deslucida por las circunstancias", esta había sido la celebración del patrón, lo que le llevó a terminar su intervención con un "¡Feliz Día de San Ivo!". Entre aplausos, la Banda de Gaitas "Ciudad de Oviedo" entró en la sala para interpretar el "Asturias, Patria Querida" y poner con ello el broche final a la ceremonia.