14/09/2002.- Antonio Pérez Henares, "Chani" estuvo muy presente en los medios de comunicación durante décadas. Tal vez por eso, por ser un rostro conocido, había salido a la una del mediodía del hotel "para tomar un rato el aire, después de escribir sobre Garcilaso", y cuando se quiso dar cuenta, ya era la hora de ir al Colegio de Abogados a presentar su libro. Entre medias, seis horas de charlas, comida y bebida con desconocidos, con la gente de Oviedo.

El acto de presentación de su novela "Tierra vieja" tuvo que empezar con diez minutos de retraso, porque no dejaban de entrar personas a la Biblioteca para escuchar y ver al escritor. Entre los asistentes, el concejal de Turismo en el Ayuntamiento de Oviedo, Alfredo García Quintana, la vicedecana del Colegio, María Escanciano, la bibliotecaria, Marisa Duque, y el secretario, Pelayo Fernández-Mijares.

Ernesto Tuñon, presidente de la Comisión Sociocultural del ICA Oviedo, fue el encargado de darle la bienvenida y acompañarle en la mesa en representación del Colegio. Al otro lado, a su derecha, la escritora y periodista Carmen Casal, que fue la encargada de conducir la presentación. "Antonio tiene un saber inabarcable y como no modere bien esto, se nos va" , vaticinaba Carmen al inicio de su intervención, refiriéndose al tiempo, pues como se pudo comprobar después, con cada pregunta que esta le formulaba, el escritor volcaba toda su experiencia, conocimiento y alma en sus respuestas.

Antonio Pérez Henares se mueve bien en la ciudad, pero disfruta mucho más en los pueblos. Toma como un insulto que se hable de "la España vaciada", pues aún hay personas que labran esas tierras, que viven en ellas y que se merecen todo el respeto, por eso "esta novela es un homenaje a mi abuelo, a mi gente y a la gente de los pueblos, a mis antepasandos, entre los que no están reyes ni nobles. Ellos son los auténticos héroes de este país". 

Las últimas palabras del escritor, "soy simple y humildemente un pequeño hijo de la tierra", arrancó un sonoro aplauso por parte los presentes, que luego hicieron cola para que Antonio Pérez Henares les firmara sus ejemplares o se hiciera fotos con ellos.